lunes, 20 de marzo de 2017

Investigación sobre la problemática y análisis del problema

” Impacto de la problemática en la comunidad
 y en la población propuesta ”


Para realizar esta actividad hemos querido ponerle un nombre a aquellas víctimas que por cosas del destino han tenido que soportar infinidad de maltratos y afecciones psicológicas sin ningún sentido. 

Los niños, niñas y adolescentes que en Colombia son víctimas de tanta crueldad por parte del conflicto armado que pasa solo de ser rebeldía política, hoy con el pasar de los años se encuentran involucrados en un marco sin salida, pues los daños ya están hechos, confundidos, alarmados, débiles, desprotegidos y muchos sin salida hoy los llamaremos Victimas invisibles”.

Colombia es un país que ha vivenciado múltiples periodos de violencia y muy poco se conoce sobre las afectaciones emocionales de los niños, niñas y adolescentes víctimas del conflicto armado. Con esta actividad queremos resaltar el impacto al que estas víctimas invisibles se han tenido que enfrentar, experiencias del desplazamiento forzado y la vinculación a los grupos armados, que amenaza el área emocional de esta población.

Es importante mencionar las consecuencias generadas en estos hechos violentos porque atentan contra sus derechos fundamentales, especialmente los relacionados con: el derecho a la vida, a una familia, al sano esparcimiento, a la libertad; entre otros. En ellos se desarrollan emociones motivadas por el contexto hostil y agresivo, en el cual se desenvuelven e incluso están obligados a participar.

Este articulo propuesto en el entorno de conocimiento causo en nosotros una gran impresión puesto que se trata de palpable realidad que afecta nuestro país, estos niños, niñas y adolescentes son marginados y violentados en sus derechos y fuera de eso expuestos a daños psicológicos irreversibles, pues nadie se alcanza a imaginar la magnitud a la que conllevan todos estos atropellos, la afectación para la salud mental, presentando un trastorno de estrés postraumático y los cambios cerebrales que se producen luego de un episodio traumático, pueden dar lugar a alteraciones a nivel de los neurotransmisores y del sistema endocrino que conllevan a la aparición de síntomas asociados a la depresión haciendo que sean causa de un alto daño psicológico en la infancia.
Un evento traumático se puede manifestar en diferentes aspectos:
E
mocional, comportamental, cognitivo y social, generando en las victimas invisibles trastornos en su desarrollo cognitivo tales como la memoria o la atención.

La población que hemos planteado para esta exploración y estudio neuropsicológico, son los denominados victimas invisibles, (los niños, niñas y adolescentes) que proponen en el articulo escogido, ya que es una población que se ha visto afectada desde hace mucho tiempo.
El conflicto armado en Colombia lleva varias décadas y consigo viene marcada una tradición de violencia por los enfrentamientos, masacres y amenazas de los diferentes grupos armados. 
Cohíbe el desarrollo del país por medio de la sumisión; el sometimiento; la barbarie y demás actos que afectan el libre desarrollo de la sociedad, la familia y los niños, niñas y adolescentes. 

La Organización Mundial de la Salud [OMS] (2012) señala que hasta un 20% de los niños  y  adolescentes  pueden  presentar problemas en su salud mental asociados en Colombia,  actualmente se vive una situación post conflicto, en la que, a pesar de seguir presentándose  alteraciones en el orden  público,  sus  habitantes  tienen  una sensación  de  mayor  seguridad.  No obstante,  las  cicatrices  dejadas  por  el conflicto  armado  han  afectado  en  un  sin número  de  formas  la  salud  mental  de buena  parte  de  la  población colombiana  y de manera  especial  a los  habitantes  de  las zonas  rurales  y  semirurales  (Ospina, Barrera, Ramírez & Ceballos, 2010). Así, por ejemplo, de acuerdo a Richard, et al. (2011), en  un  estudio  realizado  con  mujeres víctimas  del  desplazamiento  interno,  se encontró  que  éstas  presentan  síntomas clínicamente  significativos  asociados  a depresión (41%), ansiedad (59%) y trastorno de estrés  postraumático  (TEPT)  (88%).  Con respecto  a  la  población  infantil  y adolescente,  se  ha  tenido  la  creencia errónea  que  no  sufren  con  la  misma intensidad  las  consecuencias  de  haber vivido  un  evento  traumático;  sin embargo, esta  idea  se  ha  ido  desvirtuando  y actualmente los menores son considerados como grupo de alto riesgo y vulnerable ante la  posibilidad  de  estar  expuestos  a situaciones de violencia y de catástrofe. 
La Organización Mundial de la Salud [OMS] (2012)  señala  que  hasta  un  20%  de  los niños  y  adolescentes  pueden  presentar problemas  en  su  salud  mental  asociados.



En Colombia, actualmente se vive una situación post conflicto, en la que, a pesar de seguir presentándose alteraciones en el orden público, sus habitantes tienen una sensación de  mayor  seguridad.  No obstante, las cicatrices dejadas por el conflicto armado han afectado en un sin número de formas  la  salud  mental  de buena  parte  de  la  población colombiana  y de manera  especial  a los  habitantes  de  las zonas  rurales  y  semirurales  (Ospina, Barrera, Ramírez & Ceballos, 2010). Así, por ejemplo, de acuerdo a Richard, et al. (2011), en un  estudio  realizado  con  mujeres víctimas  del  desplazamiento  interno,  se encontró  que  éstas  presentan  síntomas clínicamente  significativos  asociados  a depresión (41%), ansiedad (59%) y trastorno de estrés  postraumático  (TEPT)  (88%).  Con respecto a la población infantil y adolescente, se ha tenido la creencia errónea que no sufren con la misma intensidad  las  consecuencias  de  haber vivido  un  evento  traumático;  sin embargo, esta  idea  se  ha  ido  desvirtuando  y actualmente los menores son considerados como grupo de alto riesgo y vulnerable ante la  posibilidad  de  estar  expuestos  a situaciones de violencia y de catástrofe.
La Organización Mundial de la Salud [OMS] (2012) señala que hasta un  20%  de  los niños  y  adolescentes  pueden  presentar problemas  en  su  salud  mental  asociados principalmente a  depresión  y  ansiedad.  No obstante, estas cifras pudieran incrementarse cuando este grupo etáreo se ve expuesto a situaciones  de  violencia  y abuso.  Al  respecto,  Weber  y  Reynolds (2004)  informan  que  aproximadamente cinco  millones  de  niños  en  los  Estados Unidos  fueron  reportados  en  el  2001  por maltrato  debido  a  situaciones  asociadas  a negligencia  (19%),  abuso  físico  (10%)  y maltrato  psicológico  (7%).  Por  su  parte, Rodríguez,  Zacarelli  y  Pérez  (2006) evidencian  que  en  poblaciones  afectadas por  situaciones  de  violencia  o  eventos catastróficos,  las  secuelas  psicológicas  en los  niños  y  adolescentes  son  muy frecuentes.  En Colombia, son pocos  los estudios  que  han  abordado  el  tema  de  la violencia  en  los  niños.  Pérez-Olmos, Fernández-Piñeres y Rodado-Fuentes (2005) estiman entre un 16,8%  y  23,2%  la prevalencia de TEPT en  niños  de  dos municipios  sometidos  a  situaciones  de hostigamiento  armado.  No obstante, el TEPT  no  es  la  única  secuela  que  puede dejar  un  evento  traumático  sobre  la  salud mental.  Los cambios  cerebrales  que  se producen  luego  de  un  evento  traumático pueden  dar  lugar  a  alteraciones  a nivel  de los  neurotransmisores  y  del  sistema endocrino  que  conllevan  a  la  aparición  de síntomas  asociados  a  depresión  (Yehuda 2002), haciendo que el  TEPT y la depresión se  constituyan  en  causas  de  alto  malestar psicológico en la infancia (Del Barrio, 2007).  La  edad,  la  escolaridad, el  contexto  donde interactúan  y  la  cultura,  confluyen  en múltiples  variables  que  confunden  y encubren  la  problemática  que  un  evento traumático  genera  en  diferentes  aspectos de  los  niños  y  adolescentes:  emocional, comportamental, cognitivo y social.   Las  estrategias  de  afrontamiento  ante  los eventos  traumáticos,  la  adaptación  a  las situaciones  extremas  y  la  comprensión  de lo que  está  sucediendo,  dependen  en  gran medida de la disponibilidad de las redes de seguridad,  protección  y  vínculo  al  entorno familiar y social. Así mismo, a menor edad y reiterada  exposición  a  situaciones traumáticas, mayor  será la  vulnerabilidad  y el  riesgo  de  desarrollar  trastornos emocionales y déficit psicológicos.   En  el  área  cognitiva,  estos  niños  y adolescentes  expuestos  a  eventos traumáticos  presentan  menor  desempeño, se  muestran  más  impulsivos,  menos creativos  y  con  mayor  distractibilidad (Weber  &  Reynolds,  2004).  Así  mismo,  el evento  traumático  interrumpe  el  proceso normal  de  desarrollo  obstaculizando capacidades  asociadas  al  aprendizaje,  la atención  y  la  memoria;  adicionalmente, muestran  resultados  más  pobres  en  las pruebas  de  coeficiente  intelectual  (CI)  y obtienen  un  desempeño  académico  por debajo de lo esperado (Gabowitz, Zucker, & Cook, 2008).  De  igual  forma,  el  trauma  psicológico  en población  infantil  y  adolescente  puede afectar  la  función  cerebral,  mediante diversos  mecanismos,  entre  los  que  se encuentran  el  aumento  de  niveles  de cortisol  que  afectan  estructuras  como  el hipocampo  (De  Bellis,  Spratt  &  Hooper, 2011;  Elzinga  &  Bremner,  2002;  Brennen, Hasnovic,  Zotovic,  Blix,  Solheim, Mehmedovic,  et  al.,  2010),  la  alteración  de los  procesos  de  condicionamiento  clásico por cambios en las vías tálamo amigdalinas (Jovanovic  et  al., 2010)  e  hiperactividad del sistema noradrenérgico  central (Armstrong, 2010),  alterando  modelos  de neurodesarrollo subsecuente y produciendo un rango amplio de síntomas que alteran la capacidad  de  respuesta  del  cerebro  al trauma  (Purves,  Augustita,  Fitzpatrick  & Katz,  2001; Clark,  Boutros  &  Méndez,  2007; De Bellis, Spratt, & Hooper, 2011).  Dado  que  son  pocos  los  estudios  que evalúan  las  alteraciones  neuropsicológicas en  niños  y  adolescentes  víctimas  de diversas  formas  de  violencia,  se  plantea  la necesidad  de  adelantar  trabajos  de investigación en este sentido, que permitan conocer  las  posibles  implicaciones  a  nivel cognitivo  de  vivir  experiencias  traumáticas en la infancia y la adolescencia. El presente estudio  tiene  como  objetivo  explorar  el rendimiento  en  atención  y  memoria  de niños,  niñas  y  adolescentes  víctimas  de distintas formas de violencia.

¿Pero a qué tipo de victimización se expone la población civil?
La población civil es víctima de diferentes hechos entre los que se encuentra:
  • la vinculación de las victimas invisibles a estos grupos armados
  • el abandono forzado de tierras
  • actos terroristas
  • minas antipersona
  • munición sin explotar y artefacto explosivo improvisado
  • secuestros
  • homicidios/masacres
  • delitos sobre la libertad e integridad sexual
  • amenazas
  • torturas y desaparición forzada. 
Además, los victimarios por medio del terror, el pánico, el miedo, la desesperanza, la desconfianza y la angustia, producen disconformidad para dominar a la comunidad. Estos acontecimientos de hostilidad, agresividad y violencia dejan una huella emocional en la población civil que afecta la vida en la sociedad.
Hemos destacado este artículo por su impacto tras generaciones, por los efectos que ha causado en los niños, niñas y adolescentes de nuestro país.  Tales como Ansiedad, aislamiento, dificultades para relacionarse con otros, retraimiento, problemas para usar constructiva-mente el tiempo. Agresividad, bajo rendimiento escolar, sentimientos de culpa, poca capacidad para sentir alegría... Estas son algunas de las huellas psicosociales que deja el conflicto armado en niños y adolescentes colombianos que lo han padecido directamente o que han estado vulnerables a él.
Por esta razón debemos hacer un acercamiento a estos episodios que han dejado huellas imborrables en nuestro país.

Problemática a analizar: Victimas del conflicto armado en Colombia
Población: Niños, niñas y adolescentes “Victimas invisibles”

Función superior afectada: Atención y memoria.

Calderón, L. & Barrera, M. (2012). Exploración neuropsicológica de la atención y la memoria en niños y adolescentes víctimas de la violencia en Colombia: estudio preliminar. Revista CES Psicología, 5(1), 39-48.  Recuperado de http://revistas.ces.edu.co/index.php/psicologia/article/view/2174/145

No hay comentarios:

Publicar un comentario